Mayusculitis


Como hay que cumplir lo prometido, hoy nos toca tratar el mayúsculo tema de la «mayusculitis». Para el que no sepa, esta consiste en el abuso de las letras mayúsculas donde toda la vida se han usado minúsculas. Entre las causas de este flagelo ortotipográfico están principalmente la interferencia del inglés, que es muy propenso a escribir con mayúsculas hasta por si acaso: pronombres personales, días de la semana, los nombres de los meses, y numerosos otros elementos van tradicionalmente en mayúscula en la lengua anglosajona. Incluso tienen el verbo  «to capitalize«, que en una de sus acepciones quiere decir «escribir en mayúsculas»,  lo que normalmente los hispanohablantes no nos atreveríamos a decir como «mayusculizar», a menos que lo hagamos así entre comillas, como pidiendo permiso.

Así, es posible apreciar en muchas traducciones unas mayúsculas calcadas sin pudor del original. Es cierto que el uso de las mayúsculas en castellano es bastante complejo y lleno de reglas, excepciones y casos especiales, pero eso no justifica al traductor para abandonar el uso correcto. Además, en general en castellano es mucho menos «mayusculoso», ya que son menos los casos en que hay que usarlas.  Sin embargo, incluso en textos escritos originalmente en español, a veces abundan las mayúsculas por si acaso o con alguna intención de «dar importancia» a  lo que se escribe.

Me imagino que entre otra de las causas posibles está el aún muy extendido mito de que las mayúsculas no se acentúan,  lo que suele entenderse como una licencia para despreocuparse de las tildes. En realidad, antiguamente con las máquinas de escribir resultaba complicado y poco estético acentuar las mayúsculas y por eso, existía esa especie de permiso para no acentuarlas. Como gracias a los procesadores de texto actuales eso paso a la historia, la excusa ya no es válida.

Por otra parte, está el abuso de las mayúsculas en las redes sociales o los correos electrónicos. Los modales internetísticos dictan que escribir todo en mayúscula equivale a gritarle a tu lector, pero aún así hay muchos que no se dan por aludidos.

Un ámbito que nos permite tomar conciencia de la interferencia interlingüística en esto de las mayúsculas, es la traducción desde lenguas con sistemas de escritura diferente. Por ejemplo, el concepto de mayúscula no existe en japonés. Solo se pueden agrandar o achicar los caracteres, pero eso es solo un asunto estético y no ortográfico. Por lo tanto, al traducir de estos idiomas estamos obligados a tomar conciencia del uso correcto en nuestra lengua.

Como dijera Lázaro Carreter: «Ante la duda, minúscula«.

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4 comentarios

Archivado bajo Opiniones

4 Respuestas a “Mayusculitis

  1. Montserrat Valdés

    Pfff… acá en la pega tengo que luchar heavy contra la mayusculitis, aunque hay reglas explícitas en la guía de estilo respecto de su uso. Eso.

  2. JL yo creo que depende mucho del texto, en mi profesión el uso de estilos tipográficos es todo un tema y hay algunos tipos de textos en que uno se toma ciertas licencias con el uso de las mayúsculas, por ejemplo un afiche o esta misma página (INICIO y ¿SOBRE QUÉ? están escritas con mayúsculas), al diagramar páginas es muy común usar mayúsculas o versalitas para diferenciar o destacar un título o una palabra, además de los colores y otros recursos gráficos, y eso debería ser respetado si se traduce a otro idioma, ahora no se como lo harán los diseñadores japoneses, a lo mejor como tú dices ponen los caracteres más grandes o usarán otros recursos, en todo caso como el sistema de escritura es diferente yo creo que ahí alguien más tendría que interpretar la parte gráfica. Ahora si se trata de un documento con texto sin ningún estilo determinado, lo lógico supongo es ceñirse a las normas.
    Un abrazo.

    • Toda la razón, no había considerado el punto de vista del diseño y la publicidad. Mi diátriba apunta más bien al texto plano y al uso de mayúsculas en casos como «El útlimo Lunes de Septiembre», por ejemplo en una comunicación interna de una empresa, donde debería decir lunes y septiembre. Es cierto que en publicidad es posible tomarse licencias, y no sólo para las mayúsculas, sino que para la ortografía e incluso la sintaxis. Gracias por aportar una perspectiva diferente. Saludotes.

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